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LA FILIAL DE CUEVAS DE VINROMÁ
EL viajante de un importante almacén de tejidos de Castel1ón recorría la provincia, de un confín a otro, vendiendo los géneros enfre sus numerosos clientes. Tarea ésta que no podía despertar sospechas en las autoridades gubernativas, porque la mano del ministro de la Gobernación no se había hecho sentir sobre la sufrida clase de los que propagan las excelencias dé nuestros productos industriales entre los distintos pueblos de la península.
Pero su misión no quedaba reducida a estos sencillos menesteres, sino que extendiéndose al campo de la actividad política de Acci6n Republicana, día a día, como en constante oleaje y de un punto a otro, hacía suscripciones para el semanario Libertad ; cobraba los recibos allí donde no se liquidaban con la rapidez necesaria para la buena marcha de la administración ; averiguaba los sentimientos democráticos de aquellos ciudadanos del pueblo donde no existía organización
republicana y facilitaba, en suma, la visita de elementos propagandistas de Acción Republicana para los trabajos de constitución de una de sus filiales y celebración consiguiente de un acto público.
De la importancia del emisario, de su labor y de su eficacia podría explicar mucho Castel1ó Soler, con quien directamente rendía cuentas de su actuación.
El viajante de referencia exploraba en cafés, posadas, en tertulias y en todo lugar donde podía entablarse polémica o discusión, la ideología de los concurrentes, y aunque en algunas poblaciones el fracaso correspondió a sus trabajos, no faltaron otras donde un incidente vulgar y sin importancia dió ocasión para constituir una poderosa organización afecta al ideario democrático de Acción Republicana.
Un buen día, en la embarazosa compañía de bultos y maletas, recaló el viajante en Cuevas de Vinromá.
Es creencia popular que las mujeres de Cuevas, inquietas y audaces, no muestran el menor reparo en
ausentarse del pueblo, buscando en otros más lejanos, y aun del extranjero, las comodidades y lujos que proporciona la vida moderna. Cuevas de Vinromá, por ausencia de los atrevidos y negligencia de los que quedaron, sufrió durante la Dictadura una decadencia grande. El pueblo permanecía estático, contemplando cómo los vehículos cruzaban su ancha calle, sin dejar rastro de la riqueza comercial de que eran portadores ; esta quietud se extendía al campo de las ideas políticas, aunque en el fondo de las personas anidara un espíritu rebelde, liberal y democrático.
Se. adentró el viajante en un cafetucho, donde pronto se generalizó la conversación entre las -dos docenas de concurrentes, sobre aquellos temas de índole política, de tan candente actualidad en aquellos momentos.
Expuso sus ideas, la misión que llevaba su peregrinación de pueblo en pueblo, y en aquel mismo momento los partidarios de otro régimen más favorable a los intereses de los desheredados de la fortuna, en número de doce, se suscribieron al semanario, haciendo además promesa formal de que serían muchos más los que lo harían también. De la organización de la filial, no quiso encargarse ninguno de los presentes, pero no tardó en encontrar al hombre que necesitaba.
Teniendo precisión de visitar a sus clientes de Torre
Endoménech, Benlloch y Villanueva, el viajante contrató un cochecito propiedad de un posadero llamado Traver, y conocido con el apodo ·de «Perajo», hombre inquieto y audaz, a quien, por haber vivido en Francia y conocer de otra vida mejor que la del pueblo y propugnar por un mejoramiento de las clases humildes, se le consideraba en Cuevas como de ideas anarquistas.
Y al día siguiente, cuando todavía los rayos solares no herían la epidermis y fresco vientecillo oreaba los sentidos, partieron, acomodadas personas, cajas y maletas, en el coche, del que tiraba un caballejo de pocas carnes y rápido trote.
Por la polvorienta cinta de la carretera, cuya blancura realzaba ya el sol, se habló del tema político, y el travieso Perajo sacó del desván de sus recuerdos una venganza, que tuvo la virtud de producir resultados sorprendentes.
Recalaron en el pequeño Torre Endoménech., realizando la busca de una persona que quisiera encargarse de la organización de la agrupación de Acción Republicana, que encontraron a la puerta de un molino de aceite, a la entrada misma del pueblo. Era un joven bajo de estatura y magro de carnes, hijo precisamente del cacique. Pusiéronse de acuerdo, y el éxito más completo coronó la gestión, pues el pueblo en masa se agrupó en derredor de los organizadores, a lo que contribuyó
también el temor del viejo cacique a un cambio de régimen que todos veían inminente.
Continuaron el viaje en dirección a Benlloch, y Perajo manifestó a su compañero de viaje que, pagando lo que fuera preciso, quería publicar en el semanario Libertad una denuncia contra el Ayuntamiento de la Dictadura, que construyó un matadero y un cuartel de la guardia civil, sin rendir cuentas y firmados los planos por un ingeniero electricista. Perajo era inteligente, y sabía que aquello produciría una verdadera explosión en el pueblo.
Redact6se el documento en la tienda de tejidos de Antonio Bartoll de Benlloch, y Perajo estampó al pie su firma.
Libertad. publicó con el título de "Una denuncia", lo que el vecino de Cuevas había firmado, y al llegar a este pueblo el número portador del escrito de referencia, la polvareda fué enorme y los comentarios violentos y apasionados. Un concejal, Juan Puig, vino a Castellón a exponer su opinión, contraria a lo que Perajo había denunciado ; pero la nota fué motivo concreto para que el vecindario abandonara su quietud espiritual, y dividiéndose en dos bandos, dieran rienda suelta a sus verdaderos sentimientos liberales, adormecidos durante la etapa dictatorial, en que el alcalde Teófilo Nos había convertido la población en un feudo propio.
Pocos días después, enmedio del más sano optimismo, se fundaba la filial de Cuevas de Vinromá, que
pronto había de constituir el más firme baluarte del republicanismo del distrito, por el número y calidad de sus componentes.
Marcha rápida la de esta filial, que, amparada en hombres de buena y leal voluntad como Escoí, hoy popular alcald; Valls, diputado gestor; Vaquer, Albert, Sancho, Albella, Mateu, etc., llevaron a la agrupación al grandioso triunfo de las elecciones.
Así quedó constituída Acción Republicana en Cuevas de Vinromá. Perajo, llevado de su carácter volandero, remontó el vuelo, destruyendo con su conducta el buen concepto que mereció por su inapreciable servicio. Pero la organización quedó en pie, vigorosa y
firme.
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El delegado de la autoridad, que solía ser el alguacil del Municipio, suspendía el mitin, como ocurrió en Villafranca del Cid ; pasaba aviso al gobernador, que imponía multa,s, como en Benlloch, Villanueva, Cabanes y otros, o metía, antes de celebrar el acto, a los oradores en la cárcel, previo su paso por las calles, entre parejas de la guardia civil, como sucedió en Cuevas de Vinromá.
Llibre íntegre:
http://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/167287/Grandes_y_peque%c3%b1as_revoluciones.pdf?sequence=1&isAllowed=y
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